Empezamos con un dato contundente: Salir en bici de forma regular reduce el riesgo de infarto hasta un 50%. Nada mal, ¿verdad?
Además, la bicicleta es una de las primeras actividades recomendadas para mejorar la irrigación sanguínea y recuperar la atrofia muscular tras una lesión.
También es importante destacar que pedalear no sólo es sinónimo de salud y diversión, también es una manera de llegar rápido al trabajo o de proteger el medio ambiente.
Oxigena el cerebro y combate el estrés
Cuando montas en bicicleta aumentas tu capacidad aeróbica y tu capacidad pulmonar, obligando a tus pulmones a realizar un intercambio de gases mucho más eficiente.
Los estudios demuestran que montar en bicicleta facilita la oxigenación del cerebro y la creación de determinadas hormonas que, unido al gran poder de desconexión de la rutina permite que puedas dedicar un tiempo solo para ti lo cual aumenta la autoestima, ayuda a combatir el estrés y a mejorar tu estado emocional ayudando a evitar la tristeza e incluso salir de depresiones.
Las hormonas implicadas son:
Endorfinas: inducen la sensación de felicidad.
Dopamina: genera la sensación de placer.
Serotonina: facilita el sueño.
Ayuda a dormir mejor
Montar en bicicleta estabiliza el ritmo biológico del cuerpo y reduce los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés que impide el sueño profundo.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Medicina de Stanford, en Estados Unidos, las personas que practican ciclismo reducen el tiempo que necesitan para quedarse dormidos y aumentan su calidad de sueño.
Tonifica y fortalece la espalda
Los cuádriceps e isquiotibiales se tonifican de forma rápida ya que es la musculatura que más trabaja cuando pedaleamos en bici. Otros músculos que también se trabajan son los gemelos y el glúteo mayor.
Por otro lado, montar en bicicleta regularmente fortalece la espalda. La inclinación de tu cuerpo hacia el manillar estimula los pequeños músculos de las vértebras dorsales y fortalece la zona lumbar, estabilizando el tronco y protegiendo la columna vertebral de vibraciones y golpes. Esto de forma indirecta reduce los dolores de espalda generados por el sedentarismo, así como la posibilidad de aparición de hernias discales. Eso sí, hay que asegurarse de mantener una posición correcta en la bici en todo momento.
Tu corazón más fuerte
Si eres constante con las salidas en bici y vas incrementando la intensidad poco a poco conseguirás elevar tu umbral aeróbico y anaeróbico. Además, hará que el corazón bombee sangre con mucha más fuerza para facilitar la llegada de oxígeno a todo el organismo, flexibilizando de forma indirecta los vasos sanguíneos. Gracias a ello, fortalecerás el sistema circulatorio, el corazón y conseguirás que descienda la frecuencia cardíaca en reposo. Es decir serás más eficiente ante cualquier actividad cotidiana.
Sistema inmunológico más resistente
Cuando practicas este deporte tu cuerpo produce fagocitos (células inmunológicas) que atacan las bacterias infecciosas que entran en tu organismo disminuyendo la probabilidad de caer enfermo. También te ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre adecuados, ya que al mejorar el flujo sanguíneo se disminuye hasta un 20% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
La clave está en el timo, el sistema linfoide primario especializado del sistema inmunitario. El timo produce células inmunes llamadas células T, cuya producción disminuye a partir de los 20 años. Sin embargo, los investigadores descubrieron que los timos de ciclistas mayores generaban tantas células T como las de los jóvenes.
El Dr. Froböse destaca que la bicicleta es buena “para las personas que sufren algún proceso canceroso. Es como si las células que se encargan de la defensa del cuerpo, que estaban dormidas, despertaran mediante el pedaleo de un prolongado letargo”.
Articulaciones más sanas, resistentes y protegidas
Contrariamente a otras disciplinas como el running, el fortalecimiento de la musculatura de las piernas implica una mayor sujeción y estabilidad, sobre todo de tus rodillas, y esto, unido a que la mayor parte del peso recae sobre el asiento provoca la ausencia de impacto articular. Además, el movimiento cíclico del pedaleo favorece la difusión de las sustancias nutritivas por los cartílagos obteniendo articulaciones más sanas, resistentes y protegidas.
Para que el beneficio articular se produzca el ejercicio en bicicleta se debe realizar con un sillín y manillar bien ajustados, así como los pedales y otros componentes.
Adiós a la celulitis
Montar en bici es uno de los ejercicios más eficaces para luchar contra la piel de naranja. La tonificación de la musculatura que hemos comentado, junto a la acción de masaje sobre nuestra piel que provoca el pedaleo, moviliza activamente el agua y toxinas del organismo impidiendo la acumulación de grasas al quemarlas para producir energía.
No dejes de acompañar el ejercicio con una alimentación adecuada, rica en frutas y verduras, y sobre todo, bebiendo al menos 2 litros de agua al día.
Ayuda a controlar tu peso
Según los expertos es una de las mejores actividades para quemar grasas y por tanto, para reducir el colesterol, una de las primeras causas de enfermedad cardiovascular.
Basta con salir una hora al día con la bicicleta para quemar alrededor de 500 kcal.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bath, en dos grupos de individuos, encontró que el grupo que se ejercitaba diariamente a pesar de consumir la misma cantidad excedente de calorías que el grupo que no se ejercitaba con regularidad, logró compensar los nocivos efectos de comer en exceso.
Prolongas tu esperanza de vida
Un estudio hecho en Noruega que analizó a un grupo de hombres mayores de 70 y 80 años arrojó que, sólo 30 minutos de ejercicio por día dieron como resultado cinco años más de vida, en comparación aquellos hombres del grupo que no realizaba ninguna actividad física.
Estos son sólo una muestra de lo que puede hacer por ti el montar en bicicleta con regularidad, porque muchos de vosotros ya tenéis identificado que salir en bici no sólo es divertido y gratificante sino que también te ayuda a liberar ansiedades, relajarte, mejorar tu desempeño en el trabajo, y muchos otros beneficios.
La falta de actividad física es ahora una de las mayores amenazas para nuestra salud, ya que aumenta el riesgo de desarrollar una variedad de enfermedades crónicas, como diabetes, demencia, depresión, enfermedades cardíacas y cáncer.
Necesitamos urgentemente volver a integrar la actividad física en nuestra vida cotidiana. Los viajes activos, caminar más, montar más en bicicleta, usar más el transporte público, nos brindan la forma más fácil y económica para que todos podamos tener una vida más activa y saludable.